VISION

LA IGLESIA PENTECOSTES VIDA ABUNDANTE EXISTE PARA EXALTAR AL SALVADOR Y EQUIPAR ALOS CREYENTES PARA LA OBRA DE DEL MINISTERIO.

MISION

MINISTERIOS VIDA ABUNDANTE
TIENE COMO PROPOSITO SUPLIR LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS ATRAVEZ DE :
1; EVANGELISMO 2; DISCIPULADO 3; GRUPOS PEQUEÑOS
4; COMPAÑERISMO 5; BENEVOLENCIA

VALORES

AMOR-FIDELIDAD-HUMILDAD-INTEGRIDAD-UNIDAD-CONFIANZA-RESPETO-TOLERANCIA-RESPONSABILIDAD

lunes, 28 de junio de 2010

¿Somos todos hijos de Dios, o solo los cristianos?

La Biblia establece claramente, que toda la gente es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero que solo aquellos que han nacido de nuevo son hijos de Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1 Juan 3:1-10).

En la Escritura, los que se pierden nunca son mencionados como hijos de Dios. Efesios 2:3 nos dice que antes que fuéramos salvos, “éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Romanos 9:8 dice que “…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” En vez de haber nacido como hijos de Dios, nacimos en pecado, el cual nos separa de Dios y nos sitúa al lado de Satanás como enemigos de Dios (Juan 8:43). Un verso después, en Juan 8:44, Jesús dijo a los fariseos; “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…” El hecho de que aquellos que no son salvos no son hijos de Dios, también puede verse en 1 Juan 3:10, “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”

Nos convertimos en hijos de Dios cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Jesucristo (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5). Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.” Aquellos que son salvos son “…hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:26) porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.” (Efesios 1:5)

¿Por qué los judíos y los árabes / musulmanes se odian mutuamente?


Primero, es importante entender que no todos los árabes son musulmanes, y que no todos los musulmanes son árabes. Mientras que la mayoría de los árabes son musulmanes, hay muchos que no lo son. Es más, hay un mayor número de musulmanes no árabes (en áreas tales como Indonesia y Malasia) que árabes musulmanes. Segundo, es importante recordar que no todos los árabes odian a los judíos, que no todos los musulmanes odian a los judíos y que no todos los judíos odian a los árabes y musulmanes. Debemos ser cuidadosos de evitar estereotipar a la gente. Sin embargo aclarado eso, y generalmente hablando, los árabes y los musulmanes tienen un rechazo y desconfianza hacia los judíos y viceversa.

Si hay una explicación bíblica explícita para esta hostilidad, ésta proviene desde Abraham. Los judíos son descendientes Isaac el hijo de Abraham. Los árabes son descendientes de Ismael, también hijo de Abraham. Habiendo sido Ismael el hijo de una esclava egipcia (Génesis 16:1-6), obviamente habría alguna hostilidad entre los dos hijos. Como resultado de las burlas de Ismael hacia Isaac (Génesis 21:9), Sara habló con Abraham, solicitándole que enviara a Agar y su hijo Ismael lejos de ahí (Génesis 21:11-21). Probablemente esto causó aún más desprecio en el corazón de Ismael por Isaac. Aún un ángel le profetizó a Agar que Ismael sería: “... hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él” (Génesis 16:11-12).

La religión del Islam, a la cual pertenecen una mayoría de árabes, ha hecho esta hostilidad aún más profunda. El Corán contiene algunas instrucciones contradictorias para los musulmanes respecto a los judíos. En un punto se instruye a los musulmanes a tratar a los judíos como hermanos, y en otro, ordena a los musulmanes a atacar a los judíos que rehusen convertirse al islam. El Corán también introduce un conflicto en cuanto a quién es el verdadero hijo de la promesa de Abraham. Las Escrituras hebreas dicen que fue Isaac. El Corán dice que fue Ismael. El Corán enseña que fue Ismael a quien Abraham casi sacrificó al Señor, no Isaac (en contradicción a Génesis capítulo 22). Este debate sobre quien fue el hijo de la promesa, contribuye a la hostilidad actual.

Sin embargo, la más antigua raíz de amargura entre Isaac e Ismael, no explica toda la actual hostilidad entre judíos y árabes. De hecho, por miles de años en la historia del Medio Oriente, los judíos y los árabes vivieron en relativa paz e indiferencia de unos hacia otros. La causa primaria de la hostilidad tiene un origen más reciente. Después de la II Guerra Mundial, cuando las Naciones Unidas le dieron una porción de tierra de Israel a los judíos, la tierra en ese tiempo, estaba habitada primeramente por los árabes (los palestinos). La mayoría de los árabes protestaron vehementemente en contra de que la nación de Israel ocupara esa tierra. Las naciones árabes se unieron y atacaron a Israel en un intento por sacarlos de esa tierra; pero a fin de cuentas fueron derrotados por Israel. Desde entonces, ha habido una gran hostilidad entre Israel y sus vecinos árabes. Si miras en el mapa, Israel ocupa una pequeña franja de tierra y está rodeada por varias naciones árabes mucho más grandes, tales como; Jordania, Siria, Saudi Arabia, Iraq, y Egipto. Creemos que, bíblicamente hablando, Israel tiene un derecho de existir como nación en la propia tierra que Dios le dió a los descendientes de Jacob, nieto de Abraham. Al mismo tiempo, creemos firmemente que Israel debería buscar la paz y mostrar respeto por sus vecinos árabes. El Salmo 122:6 dice, “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.”

miércoles, 23 de junio de 2010

"¿Cuál es la diferencia entre religión y espiritualidad?"


Antes que sea explorada la diferencia entre religión y espiritualidad, debemos primeramente definir los dos términos. La religión puede ser definida como “creencia en Dios o dioses para ser adorados, usualmente expresado en conducta y ritual” o “cualquier sistema específico de creencia, adoración, etc., que regularmente incluye un código de ética.” La espiritualidad puede ser definida como “la cualidad o hecho de ser espiritual, no-físico” o “un carácter predominantemente espiritual demostrado por el pensamiento, vida, etc., tendencia espiritual o tono.” Para ponerlo de manera concisa, la religión es un conjunto de creencias y rituales que aseguran llevar a una persona a una relación correcta con Dios, y la espiritualidad es un enfoque sobre las cosas espirituales y el mundo espiritual en vez del físico, que son las cosas terrenales.

La mala interpretación más común acerca de la religión es que el Cristianismo es solo otra religión, como el Islam el Judaísmo, Hinduismo, etc., Tristemente, muchos que aseguran ser partidarios del Cristianismo, lo practican como si fuera una religión. Para muchos, el Cristianismo no es más que un conjunto de reglas y rituales que una persona tiene que observar a fin de ir al cielo después de la muerte. Eso no es el verdadero Cristianismo. El verdadero Cristianismo es una relación con Jesucristo. El verdadero Cristianismo no es una religión, sino más bien es tener una correcta relación con Dios, por medio de recibir a Jesucristo como el Mesías Salvador, por gracia a través de la fe. Sí, el Cristianismo tiene “rituales” que observar (p. ej. el Bautismo y la Santa Cena). Sí, el Cristianismo tiene “reglas” que seguir (por ejemplo, no matar, amarse unos a otros, etc.) Sin embargo, estos rituales y reglas no son la esencia del Cristianismo. Los rituales y las reglas del Cristianismo son el resultado de la salvación del cristiano. Cuando recibimos la salvación a través de Jesucristo, somos bautizados como una proclamación de esa fe. Observamos la Santa Cena en memoria del sacrificio de cristo. Seguimos una lista de deberes y prohibiciones derivadas del amor que tenemos por Dios, en gratitud por lo que Él ha hecho y como resultado de la influencia del Espíritu Santo que mora en nuestras vidas.

El malentendido más común acerca de la espiritualidad, es que hay muchas formas de espiritualidad, y que todas son igualmente válidas. Meditar en posiciones físicas inusuales, comulgar con la naturaleza, buscar conversación con el espíritu del mundo, etc., pueden parecer como “espirituales,” pero de hecho son una falsa espiritualidad. La verdadera espiritualidad es poseer el Espíritu de Dios como resultado de recibir la salvación a través de Jesucristo. La verdadera espiritualidad es el fruto que produce el Espíritu Santo en la vida de una persona: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). La espiritualidad es totalmente acerca de volvernos más parecidos a Dios, quien es espíritu (Juan 4:24), y tener nuestro carácter conformado a Su imagen (Romanos 12:1-2).

Lo que tienen en común la religión y la espiritualidad, es que ambas pueden ser métodos falsos para tener una relación con Dios. La religión tiende a substituir las vacías observancias de rituales por una genuina relación con Dios. La espiritualidad tiende a substituir conexiones con el espíritu del mundo, por una genuina relación con Dios. Ambas pueden ser y con frecuencia son, caminos falsos hacia Dios. Al mismo tiempo, la religión puede ser valorada en el sentido de que apunta al hecho de que hay un Dios, y de que somos de alguna manera responsables ante ÉL. El único verdadero valor de la religión es su habilidad para señalar que todos hemos fallado y necesitamos de un Salvador. La espiritualidad puede se valorada en que expone que el mundo físico no es todo lo que existe. Los seres humanos no son solo materia, sino también están compuestos de alma y espíritu. Hay un mundo espiritual a nuestro alrededor del cual debemos estar conscientes. El verdadero valor de la espiritualidad es que apunta al hecho de que hay algo y alguien tras este mundo físico, con quien necesitamos hacer contacto.

Jesucristo es el cumplimiento tanto de la religión como de la espiritualidad. Jesús es Aquel a quien debemos entregar cuentas – hacia lo que la verdadera religión señala. Jesús es Aquel con quien necesitamos estar conectados – a quien la verdadera espiritualidad señala. ¿estás interesado en descubrir la verdadera religión y la verdadera espiritualidad? Si la respuesta es sí, por favor comienza tu jornada en nuestra página web que describe cómo recibir a Jesucristo como tu Salvador personal.

¿QUE ES EL ISLAM Y EN QUE CREEN LOS MUSULMANES?


La historia del Islam
La religión del Islam comenzó a principios del siglo VII con un hombre llamado Mohamed. Él aseguró haber sido visitado por el ángel Gabriel. Durante estas visitas angélicas, las cuales continuaron por cerca de 23 años hasta la muerte de Mahoma, el ángel supuestamente le reveló a Mohamed las palabras de Dios (llamado “Alá” en árabe y por los musulmanes). Estas revelaciones dictadas comprenden el Corán, el libro sagrado del Islam.

Las creencias musulmanas
Los musulmanes, seguidores del Islam, creen que el Corán es la preexistente y perfecta palabra de Alá. Es más, muchos musulmanes rechazan cualquier versión en inglés o en cualquier otro lenguaje del Corán. Estas son traducciones del significado del Corán, el cual solo existe en árabe.

Aunque el Corán es el principal libro sagrado, el sunna es considerada la segunda fuente de instrucción religiosa. El sunna fue escrito por los compañeros de Mahoma acerca de lo que él dijo, hizo o aprobó.

Las creencias fundamentales del Islam son, que Alá es el único Dios y que Mohamed fue el profeta de Alá. Por la simple declaración de estas creencias, una persona puede convertirse al Islam. La palabra musulmán significa “uno que se somete a Alá.” El Islam pretende ser la única religión verdadera, de la cual se han derivado a sí mismas todas las otras religiones, o han sido creadas como una parodia del Islam (incluyendo el Judaísmo y el Cristianismo)

Los musulmanes basan sus vidas sobre Cinco Pilares:
1. El testimonio de fe: "No hay un dios verdadero sino solo Dios (Alá), y Mahoma es el Mensajero (Profeta) de Dios.”

2. La oración: debe realizarse cinco veces al día.

3. La limosna: se debe dar al necesitado, puesto que todo viene de Alá.

4. El ayuno: además de festividades ocasionales, todos los musulmanes deben ayunar durante la celebración del Ramadán (el noveno mes del calendario islámico)

5. La Hajj: la peregrinación a la Mezquita de la Meca, debe ser realizada al menos una vez (en el doceavo mes del calendario islámico).

Estos cinco principios, que son la estructura de obediencia para los musulmanes, son tomados muy seria y literalmente. La entrada de un musulmán al paraíso, se basa en la obediencia de estos Cinco Pilares.

El Islam comparado con el Cristianismo
En relación con el Cristianismo, el Islam tiene muchas similitudes, pero diferencias significativas. Como el cristianismo, el Islam es monoteísta, pero rechaza el concepto de la Trinidad. El Islam acepta ciertas porciones de la Biblia, tales como la Ley y los Evangelios, pero rechaza la mayor parte de ella, calificándola como difamadora y no inspirada.

El Islam asegura que Jesús fue solo un profeta – no el Hijo de Dios (los musulmanes creen que solo Alá es Dios, y ¿cómo podría Él tener un Hijo?) En vez de ello, el Islam afirma que Jesús, aunque nacido de una virgen, fue creado igual que Adán – del polvo de la tierra. Los musulmanes creen que Jesús no murió en la cruz. Aunque negado por el Islam, la Trinidad y la redención de Cristo en la cruz son fundamentales para el Cristianismo.

El Islam enseña que el Corán es la autoridad última y la final revelación de Alá. Sin embargo, la Biblia fue completada en el primer siglo con el Libro de Apocalipsis. El Señor advierte contra cualquiera que le añada a Su Palabra terminada (Apocalipsis 22:18). El Corán como una supuesta adición a la Palabra de Dios, claramente desobedece el mandamiento de Dios.

Finalmente, el Islam enseña que el paraíso se obtiene a través de buenas obras y la obediencia al Corán. La Biblia, en contraste, revela que el hombre no puede lograr la medida para llegar a un Dios Santo. Solo por Su misericordia y amor, los pecadores pueden ser salvados a través de la fe en Cristo (Efesios 2:8-9).

La Verdad
Por lo tanto, el Islam y el Cristianismo no pueden ser ambos la verdad. Uno es la Palabra de Dios y el otro no lo es. La verdad tiene consecuencias eternas.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:1-4).