VISION

LA IGLESIA PENTECOSTES VIDA ABUNDANTE EXISTE PARA EXALTAR AL SALVADOR Y EQUIPAR ALOS CREYENTES PARA LA OBRA DE DEL MINISTERIO.

MISION

MINISTERIOS VIDA ABUNDANTE
TIENE COMO PROPOSITO SUPLIR LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS ATRAVEZ DE :
1; EVANGELISMO 2; DISCIPULADO 3; GRUPOS PEQUEÑOS
4; COMPAÑERISMO 5; BENEVOLENCIA

VALORES

AMOR-FIDELIDAD-HUMILDAD-INTEGRIDAD-UNIDAD-CONFIANZA-RESPETO-TOLERANCIA-RESPONSABILIDAD

martes, 30 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Cómo recibo el perdón de Dios?

Hechos 13:38 declara, “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados.”

¿Qué es el perdón y por qué lo necesitamos?
La palabra “perdonar” significa hacer borrón y cuenta nueva, perdonar, cancelar una deuda. Cuando somos injustos con alguien, buscamos su perdón a fin de restituir la relación. El perdón no es otorgado debido a que la persona merezca ser perdonada. Nadie merece ser perdonado. El perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. El perdón es una decisión de no guardar rencor a otra persona, pese a lo que le haya hecho.

La Biblia nos dice que todos necesitamos el perdón de Dios. Todos hemos cometido pecado. Eclesiastés 7:20 declara, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” 1 Juan 1:8 dice, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” Todo pecado es a la larga un acto de rebelión en contra de Dios (Salmos 51:4). Como resultado, necesitamos desesperadamente el perdón de Dios. Si nuestros pecados no son perdonados, pasaremos la eternidad sufriendo las consecuencias de nuestros pecados (Mateo 25:46; Juan 3:36).

Perdón – ¿Cómo lo obtengo?
Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo. ¡Está ansioso de perdonar nuestros pecados! 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es, “...paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” Dios desea perdonarnos, de manera que ha hecho provisión para nuestro perdón.

El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte de Romanos 6:23 declara, “Porque la paga del pecado es muerte...” La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados. Dios, en Su plan perfecto, se hizo hombre, en la persona de Jesucristo (Juan 1:1, 14). Jesús murió en la cruz, llevando la penalidad que merecíamos – la muerte. 2 Corintios 5:21 nos enseña, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” ¡Jesús murió en la cruz, llevando el castigo que merecíamos! Siendo Dios, la muerte de Jesús proveyó el perdón por los pecados del mundo entero. 1 Juan 2:2 proclama, “El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Jesús resucitó, proclamando Su victoria sobre el pecado y la muerte (1 Corintios 15:1-28). Gloria a Dios, que a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la segunda parte de Romanos 6:23 es verdad, “...mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¿Quiere usted tener sus pecados perdonados? ¿Tiene un persistente sentido de culpa que no parece desaparecer? El perdón de sus pecados está disponible si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador. Efesios 1:7 dice, “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Jesús pagó la deuda por nosotros para que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que usted tiene que hacer es pedirle a Dios que le perdone a través de Jesús. Si usted cree que Jesús murió para pagar por su perdón entonces ¡El lo perdonará! Juan 3:16-17 contienen este maravilloso mensaje, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Perdón - ¿Es en realidad así de fácil?
¡Sí, es así de fácil! Usted no puede ganar el perdón de Dios. No puede pagar a Dios por su perdón. Usted sólo puede recibirlo por la fe, por medio de la gracia y misericordia de Dios. Si usted desea aceptar a Jesucristo como su Salvador y recibir el perdón de Dios, aquí está una oración que usted puede hacer. Hacer esta oración o cualquier otra, no va a salvarlo. Es solamente el confiar en Jesucristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su perdón. “Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón! En nombre de Jesús, ¡Amén!”

AQUI ESTA LA TAREA DEL LUNES JAJAJAJA

viernes, 19 de agosto de 2011

¿Qué es el Judaísmo y en que creen los judíos?


¿Qué es el Judaísmo, y quién o qué es un judío? Dependiendo de a quien le hables, o la selección de libros que leas, obtendrás muy diferentes respuestas a esta provocativa pregunta. ¿Es el Judaísmo simplemente una religión? ¿Es una identidad cultural o solo un grupo étnico? ¿Son los judíos un grupo de gente o una nación? ¿En qué creen los judíos y creen todos las mismas cosas?

De acuerdo al Diccionario Universitario Merriam-Webster’s, un “judío” es: 1ª: Un miembro de la tribu de Judá b: Israelita 2 : un miembro de una nación existente en Palestina desde el siglo VI a.C. al primer siglo d.C. 3 : una persona perteneciente a una continuación, a través de descendencia o conversión del antiguo pueblo judío 4: uno cuya religión es el Judaísmo.

De acuerdo al Judaísmo rabínico, un judío es uno que tiene una madre judía, o uno que formalmente se ha convertido al Judaísmo. Levítico 24:10 es citado con frecuencia para dar credibilidad a esta creencia, aunque la Torá no hace una afirmación específica para esta tradición. Algunos rabinos dicen que no tiene nada que ver con lo que el individuo crea realmente. Estos rabinos nos dicen que un judío no necesita ser seguidor de las leyes y costumbres del Judaísmo, para ser considerado judío. De hecho, un judío puede no creer en Dios en lo absoluto, y aún así ser un judío basado en la anterior interpretación rabínica.

Otros rabinos dejan muy en claro que aunque la persona siga los preceptos de la Torá y acepte los “Trece Principios de la Fe” como claramente lo expresa Maimónides (Rabino Moshe ben Maymon, uno de los grandes eruditos medievales judíos), él no puede ser un judío. Aunque esta persona pueda ser un judío “biológico”, éste no tiene una conexión real con el Judaísmo.

En el primer libro de la Torá – los primeros cinco libros de la Biblia – Génesis 14:13 nos enseña que Abram comúnmente reconocido como el primer judío (su nombre fue cambiado más tarde al de Abraham) fue descrito como un “hebreo.” El nombre “judío” viene del nombre Judá, uno de los doce hijos de Jacob, y una de las doce tribus de Israel. Aparentemente, el nombre “judío” originalmente se refería solo a aquellos que eran miembros de la tribu de Judá, pero cuando el reino fue dividido (Israel en el norte y Judá en el sur), después del reinado de Salomón (1 Reyes, capítulo 12) se refiere a todos los que pertenecían al reino de Judá, el cual incluía a las tribus de Judá, Benjamín y Levi. En la actualidad, muchos creen que un judío es cualquiera que es un descendiente físico de Abraham, Isaac y Jacob, sin importar de cual de las doce tribus originales descienda.

Así que ¿qué es en lo que creen los judíos, y cuáles son los preceptos básicos del Judaísmo? Hay cinco principales formas o sectas del Judaísmo en el mundo actual. Ellos son Ortodoxos, Conservadores, Reformistas, Reconstruccionistas y Humanistas. Las creencias y requerimientos en cada grupo difieren dramáticamente; sin embargo una breve lista de las creencias tradicionales del Judaísmo incluirían lo siguiente:

Dios es el creador de todo lo que existe; Él es uno, incorpóreo (sin un cuerpo), y solo Él debe ser adorado como el gobernante absoluto del universo.

Los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, fueron revelados por Dios a Moisés. Éstos no serán cambiados o discutidos en el futuro.

Dios se ha comunicado con el pueblo judío a través de profetas.

Dios monitorea las actividades de los humanos; Él recompensa a los individuos por buenas obras y castiga el mal.

Aunque los cristianos basan mucha de su fe en las mismas Escrituras hebreas como los judíos, hay diferencias mayores en las creencias: Generalmente, los judíos consideran de primera importancia las acciones y el comportamiento; las creencias proceden de acciones. Esto se opone con los cristianos conservadores para quienes el creer es de primordial importancia, y las acciones son el resultado de esa fe.

Los creyentes judíos no aceptan el concepto cristiano del pecado original (la creencia de que toda la gente ha heredado el pecado de Adán y Eva, cuando ellos desobedecieron las instrucciones de Dios en el Jardín del Edén).

El Judaísmo afirma la inherente bondad del mundo, y su gente como creaciones de Dios.

Los creyentes judíos están dispuestos a santificar sus vidas y acercarse a Dios, mediante el cumplimiento del mitzvoth (los mandamientos divinos).

No se necesita un salvador ni es necesario como intermediario.

Las creencias acerca de Jesús varían considerablemente. Algunos lo ven como un gran maestro moralista. Otros lo ven como un falso profeta o como un ídolo de la cristiandad. Algunas sectas del Judaísmo ni siquiera pronuncian su nombre debido a la prohibición de mencionar el nombre de un ídolo.

Los judíos son mencionados con frecuencia como el pueblo elegido por Dios. Esto no significa que ellos sean de ninguna manera considerados superiores a otros grupos. Los versos de la Biblia tales como Éxodo 19:5 simplemente dicen que Dios ha elegido a Israel para recibir y estudiar la Torá, para adorar solo a Dios, para descansar en el Sabbath, y para celebrar las festividades. Los judíos no fueron elegidos por ser mejores que otros; ellos simplemente fueron elegidos para recibir más responsabilidades difíciles y más onerosos castigos si fracasan.

Los 613 mandamientos encontrados en Levítico y otros libros, regulan todos los aspectos de la vida judía.

Los Diez Mandamientos, como se mencionan en Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21, forman una breve sinopsis de la Ley.

El Mesías (el ungido de Dios) llegará en el futuro y reunirá nuevamente a los judíos en la tierra de Israel. En ese tiempo, habrá una resurrección general de los muertos. El Templo de Jerusalén, que fue destruido en el año 70 d.C., será reconstruido.

domingo, 14 de agosto de 2011

LA TAREA DEL PASTOR






Dios comienza en el verso 2 diciendo, “Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?” Dios condena a los pastores de Israel por apacentarse a sí mismos, en lugar de apacentar al rebaño. En otras palabras, olvidaron que su función básica era cuidar del rebaño y en lugar de ello los utilizaban por razones egoístas. Tristemente, es no es poco común en la actualidad. Con mucha frecuencia algunos pastores miran sus congregaciones como una fuente de ingreso, poder, posición, etc. En efecto (si no es que por decisión) algunas veces se considera a la congregación como un medio para alimentar el ego del pastor y su sentido de auto-importancia. Hay algunos pastores que entran al ministerio porque AMAN estudiar las Escrituras y a los grandes teólogos. Pero el peligro aquí es que el ministro puede llegar a ser una fuente de auto-mejoramiento y enriquecimiento para el pastor, pero tiene poco que ver con atender las necesidades reales del rebaño.

Luego están aquellos pastores que gobiernan con vara de hierro porque quieren los
beneficios, el respeto, de ser pastor, pero que no están realmente interesados en hacer la obra pastoral. Dios dice en el versículo cuatro “sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.” Tales hombres pueden ser hábiles oradores, pero esencialmente su “ministerio” tiene que ver más con estar a cargo, con ser el “gran jefe” en lugar de servir a su gente. Tales pastores no pueden manejar los desacuerdos, las diferencias de opinión o cualquier cosa que pudiera amenazar su poder o posición. Tienen que estar en lo correcto, en todas las ocasiones, en cada cosa pequeña. ¡Y mejor que el rebaño se alinee o se atenga a las consecuencias!


Un pastor piadoso entenderá que la verdadera grandeza viene de SERVIR al pueblo de
Dios, no de ser servido por ellos (cf. Marcos 10:45). Les sirve enseñándoles la verdad,

¡independientemente de si algunas veces quieren oírla o no! Luego les enseña como aplicar esa verdad para que sus vidas personales, sus familias, su trabajo, sus relaciones, sus ministerios, puedan todos ser transformados por el poder del Espíritu Santo. Un pastor piadoso le sirve a su rebaño esforzándose para facilitarles a sus vidas la santidad y la piedad. Uno podría decir que la prueba de fuego del ministerio de un pastor NO es qué tan grande es su congregación, o cuán bonito es el edificio, (y ciertamente no el tamaño de su paga.) En lugar de eso, es si el pueblo de Dios está creciendo en justicia, santidad, gracia y paz.

Lo que nos trae al siguiente aspecto del fracaso del pastor que Dios reprocha en Ezequiel 34. Dios dice, “No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.”

El pastor hace más que sólo alimentar a las ovejas, se espera que también cuide de ellas.
Suceden accidentes. Algunas veces las ovejas van donde no debieran ir. Comen cosas que no debieran comer. Resbalan por las salientes, se rompen las piernas, o se les infectan las heridas. Algunas veces se extravían y se pierden. Se espera que el pastor esté interesado en cubrir esas heridas, sanar sus enfermedades y devolver la perdida al rebaño. Tan importante como es el ministerio de predicación y enseñanza del pastor, no es la ÚNICA cosa que está llamado a hacer. Un pastor piadoso debe estar interesado en lo que hoy llamamos el “cuidado pastoral.” Debe conocer a sus ovejas como individuos, y ministrarles como individuos. Debe estar dispuesto a involucrarse con los detalles de sus vidas y ayudarles a atravesar los tiempos difíciles.

Sí, eso quiere decir la tradicional visita de hospital cuando un miembro de la
congregación está enfermo. Pero esto no es sólo una formalidad vacía, sino más bien una obligación y privilegio para darles consuelo y aliento. Sí, quiere decir visitar a la gente en sus hogares, pero no solo como un ritual pastoral, sino como un medio para conocerles para que pueda ser parte de sus vidas y ministrar a sus necesidades. Este tipo de ministerio significa conocer a la gente, reír con ellos, llorar con ellos, aconsejarles en los momentos difíciles, reprenderlos cuando sea necesario, tenerles como responsables por sus pecados. En otras palabras, CUIDAR de ellos y sus necesidades.

Lo admitimos, algunas ovejas en realidad son cabras disfrazadas y no importa lo que
haga los va a perder. Pero recuerde aquella sección en el Salmo 23 que dice “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento…” ¿De qué estaba hablando David allí? El cayado es fácil, era un instrumento para guiar a las ovejas. El largo cayado (que algunas veces terminaba en un extremo curvo) se usaba para empujar suavemente a las ovejas en una dirección, aunque también para tirar de ellas para alejarlas de situaciones peligrosas. Pero la vara es un poco diferente. Parece que la vara se usaba para romperles las piernas a ciertas ovejas que tenían el hábito de extraviarse del rebaño. Una oveja sin pastor es simplemente un bocado en cuatro patas. Al romperle las piernas a una oveja recalcitrante el pastor básicamente la estaba protegiendo para que no se perdiera, para que no resulte herida o devorada. Entonces
el pastor vendaría la pierna rota y llevaría a la oveja alrededor de su cuello hasta que la
pierna sanara.

Como resultado la oveja llegaba a asociar el olor del pastor con su cuidado e interés. Las ovejas cuyas piernas habían sido rotas de manera deliberada, llegan a ser los animales más leales, sin desear apartarse jamás del lado del pastor. En la iglesia, la vara que usamos es la disciplina eclesiástica. Al ejercer disciplina en contra de un miembro recalcitrante, estamos en efecto “quebrando” su rebelión (cf. 1 Tim. 1:20; 1 Cor. 11:32, etc.). Pero, tristemente, la disciplina eclesiástica raras veces se aplica hoy, y aún cuando se hace, usualmente es el resultado de la ira y la frustración por parte de los ancianos, en lugar de ser una herramienta
para traer a alguien a un genuino arrepentimiento. Como resultado, cuando alguien ES
disciplinado, generalmente es el último acto antes de perderlo. Los ancianos no están
tristes, simplemente están hartos.

Claro que queda mucho más por decir (y más adelante, este mismo pasaje tiene algunas
cosas realmente duras que decir con respecto a los pastores “gordos”)
estan allí para servir a Dios sirviendo a Su pueblo. El rebaño de Dios no ha sido puesto a su cuidado para edificar sus egos, llenar sus carteras o impulsar sus carreras. ¿No será que muchos pastores se meten en tantos problemas con tantas iglesias simplemente porque quieren ser servidos en lugar de servir?