VISION

LA IGLESIA PENTECOSTES VIDA ABUNDANTE EXISTE PARA EXALTAR AL SALVADOR Y EQUIPAR ALOS CREYENTES PARA LA OBRA DE DEL MINISTERIO.

MISION

MINISTERIOS VIDA ABUNDANTE
TIENE COMO PROPOSITO SUPLIR LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS ATRAVEZ DE :
1; EVANGELISMO 2; DISCIPULADO 3; GRUPOS PEQUEÑOS
4; COMPAÑERISMO 5; BENEVOLENCIA

VALORES

AMOR-FIDELIDAD-HUMILDAD-INTEGRIDAD-UNIDAD-CONFIANZA-RESPETO-TOLERANCIA-RESPONSABILIDAD

sábado, 24 de diciembre de 2011

FELIZ NATIVIDAD


no pierdan la fe por personas y lideres espirituales que dan asco no te fijes en la porqueria del suelo siempre la mirada al frente y recordar bienaventurado el que cree si ver una frase perfecta para engañar pero la verdadera respuesta la tendremos al final de nuestros dias que pasen felices fiestas

jueves, 17 de noviembre de 2011

EL VERDADERO DISIPULADO




Así dice el Señor: "Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones."

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Qué dice la Biblia acerca del matrimonio?


La divina institución del matrimonio está registrada en Génesis. “Dijo entonces Adán. Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varóna, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:23-24). Dios creó al hombre y después hizo a la mujer del “hueso de sus huesos”. El proceso tal como se describe, nos dice que Dios tomó una de las “costillas” de Adán (Génesis 2:21-22). La palabra hebrea significa literalmente “el costado de una persona”.

Por lo tanto, Eva fue tomada del “lado” de Adán, y es a su lado donde ella pertenece. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Génesis 2:20). Las palabras “ayuda e idónea” son la misma palabra en hebreo. La palabra es “ezer” y viene de la raíz primitiva de la palabra que significa rodear, proteger, ayudar, auxiliar, socorrer. Por lo tanto, significa ayudar, asistir o auxiliar. Eva fue creada para estar al lado de Adán como su “otra mitad”, para ser su auxilio y ayuda. Un hombre y una mujer cuando se casan, se convierten en “una sola carne”. El Nuevo Testamento añade una advertencia a esta “unidad”. “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6).

Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo, que hablan de los aspectos que determinan el punto de vista bíblico sobre el matrimonio y cómo los creyentes nacidos de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones matrimoniales. Encontramos uno de estos pasajes en 1 Corintios capítulo 7 y otro en Efesios 5:22-33. El estudiar juntos estos dos pasajes, provee al creyente de principios bíblicos que pueden ser usados para formar un marco de referencia para una relación matrimonial que sea agradable a Dios.

El pasaje que se encuentra en Efesios es especialmente profundo en su área referente a un exitoso matrimonio bíblico. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador.” (Efesios 5:22-23) “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25). “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia” (Efesios 5:28-29). “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.” (Efesios 5:31)

Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su relación como creyentes nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un matrimonio bíblico. Esta no es una relación desequilibrada, sino una que está balanceada con el concepto de Cristo como la cabeza del hombre y la mujer juntamente. Por lo tanto, el concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos individuos que es una ilustración de la relación de unidad que existe entre Cristo con Su iglesia.

¿Qué dice la Biblia acerca del divorcio y el segundo casamiento?


En primer lugar, no importa el punto de vista que tome en el asunto del divorcio, es importante recordar las palabras de la Biblia de Malaquías 2:16ª: “Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel”. De acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso de toda la vida. “Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19:6 NVI). Sin embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres humanos pecadores. En el Antiguo Testamento Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados, especialmente de las mujeres (Deuteronomio 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de Dios (Mateo 19:8).

La controversia de si el divorcio y el segundo casamiento son permitidos de acuerdo con la Biblia, gira principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9. La frase “excepto en caso de infidelidad conyugal” es lo único en la Escritura, que posiblemente da el permiso de Dios para el divorcio. Muchos intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, aún mientras todavía estaban comprometidos, es decir, “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser la única razón válida para un divorcio.

Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal” es una palabra que puede significar cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc. Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones sexuales como tales son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser una razón lícita para el divorcio. Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La frase “y se casa con otra” (Mateo 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, no para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde a la “parte culpable” se le permite volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado en este texto.

Algunos entienden 1ª Corintios 7:15 como otra “excepción”, que permite el segundo casamiento si un cónyuge incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo casamiento, sino que solamente dice que un creyente no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere abandonarlo. Otros demandan que el abuso a cónyuge o hijo son razones válidas para el divorcio, aunque no están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la Palabra de Dios.

Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que quiera que signifique “infidelidad marital”, ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para el mismo. Aún cuando se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios aprender a perdonar, y comenzar a reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más. Con seguridad podemos seguir Su ejemplo y aún perdonar el pecado del adulterio (Efesios 4:32). Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge es impenitente y continúa en inmoralidad sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también cuentan demasiado rápido con el segundo casamiento después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que permanezcan solteros. Algunas veces Dios invita a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención no sea dividida (1ª Corintios 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una opción en algunas circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.

Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos sea casi tan alto como el del mundo incrédulo. La Biblia deja meridianamente claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el divorcio se va a dar aún entre Sus hijos. Un creyente divorciado o vuelto a casar no debería sentirse menos amado por Dios, aún si su divorcio o segundo matrimonio no estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mateo 19:9. Dios a menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo una gran cantidad de cosas buenas.

¿Por qué todos los cristianos son hipócritas?


Tal vez ninguna acusación sea más provocativa que la de “hipócrita.” Desafortunadamente, algunos se sienten justificados en su opinión de que todos los cristianos son hipócritas. El término “hipócrita” goza de una rica herencia en el lenguaje. El término nos llega del latín hypocrisis que significa “actuar, pretender.” En el pasado, la palabra la encontramos tanto en el griego clásico, como en el Nuevo Testamento griego, adjudicándole virtualmente la misma idea – actuar, pretender.

Esta es la manera en que el Señor Jesús empleaba el término. Por ejemplo, cuando Cristo enseñaba el significado de la oración, el ayuno, y dar limosna para la gente, Él nos disuadía de seguir el ejemplo de aquellos que actuaban con hipocresía (Mateo 6:2, 5, 16). Al hacer públicamente largas oraciones, empleando medidas extremas para asegurarse de que otros notaran sus ayunos y anunciando sus ofrendas para el Templo y los pobres, ellos revelaban sólo una relación superficial y aparente con el Señor. Mientras que los fariseos representaban bien sus roles dramáticos como ejemplos públicos de la virtud religiosa, ellos fallaban miserablemente en el mundo interno del corazón donde residían las virtudes judeo-cristianas. (Mateo 23:13-33; Marcos 7:20-23).

Jesús nunca llamó hipócritas a Sus discípulos. Ese nombre sólo era dado a los fanáticos religiosos mal orientados. Más bien Él llamaba a los Suyos sus “seguidores,” Sus “hijos,” Sus “ovejas,” y Su “iglesia.” Adicionalmente, hay una advertencia en el Nuevo Testamento acerca del pecado de la hipocresía (1 Pedro 2:1), al cual Pedro le llama por su nombre. También están registrados en la iglesia, dos evidentes ejemplos de hipocresía. En Hechos 5:1-10, dos discípulos son expuestos por pretender ser más generosos de lo que en realidad eran. La consecuencia no fue agradable. Y, de toda la gente, Pedro es acusado de dirigir un grupo de hipócritas en su trato con los creyentes gentiles (Gálatas 2:13).

De la enseñanza del Nuevo Testamento, entonces, podemos sacar al menos dos conclusiones. Primero, existe hipocresía entre los que profesan ser cristianos. Ellos estaban presentes en el principio y, como se expone en la parábola de Jesús sobre el trigo y la cizaña, éstos ciertamente existirán hasta el fin de los tiempos (Mateo 13:18-30). Adicionalmente, si aún un apóstol puede ser culpable de hipocresía, no hay razón para creer que los cristianos “ordinarios” están exentos de ella. Debemos estar siempre en guardia, para que no caigamos en esta misma tentación (1 Corintios 10:12).

Desde luego, no todo el que clama ser cristiano lo es verdaderamente. Quizá todos o la mayor parte de los hipócritas famosos entre los cristianos, eran realmente farsantes y embusteros. Hasta la fecha, prominentes líderes cristianos han caído en pecados terribles. A veces parecen inundar la comunidad cristiana con escándalos sexuales y financieros. Sin embargo, en vez de tomar las acciones de unos pocos y usarlas para denigrar a toda la comunidad cristiana, es necesario preguntarse si aquellos que claman ser cristianos, y sin embargo demuestran ser sólo hipócritas, son realmente cristianos. Numerosos pasajes bíblicos confirman que aquellos que realmente pertenecen a Cristo, mostrarán en sus vidas el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). La parábola de Jesús sobre el sembrador y la semilla en Mateo 13, expone claramente que no todos los que profesan la fe en Él son genuinos. Tristemente, muchos que dicen pertenecerle a Él, un día quedarán estupefactos al escuchar al Señor decirles, “Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad.”

En segundo lugar, mientras que no debe sorprendernos que la gente que pretende ser más santa de lo que es, clamen ser cristianos; tampoco podemos concluir que la iglesia esté formada enteramente por hipócritas. Uno debe concluir que seguramente todos los que invocamos el nombre de Jesucristo, permanecemos siendo pecadores, aún cuando nuestro pecado haya sido perdonado. Esto es, aún cuando hayamos sido salvados del castigo eterno por el pecado (Romanos 5:1; 6:23), todavía debemos ser salvados y liberados de la presencia del pecado en nuestras vidas (1 Juan 1:8-9), incluyendo el pecado de hipocresía. A través de nuestra fe viva en el Señor Jesús, estamos venciendo continuamente el poder del pecado, hasta que seamos finalmente liberados de él. (1 Juan 5:4-5).

Todos los cristianos fallamos en tener una vida a la altura de los estándares enseñados en la Biblia. Ningún cristiano ha tenido jamás una perfección semejante a la de Cristo. Sin embargo, hay MUCHOS cristianos quienes buscan genuinamente vivir la vida cristiana y están confiando más y más en que el Espíritu Santo los redarguya, los cambie y les dé el poder para hacerlo. Ha habido multitudes de cristianos que han vivido sus vidas libres del escándalo. Ningún cristiano es perfecto, pero el cometer errores o fallar en alcanzar la perfección en esta vida, no es lo mismo que ser un hipócrita.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Por qué hay tantos líderes cristianos evangélicos sorprendidos en escándalos?


Primero, es importante señalar que “tantos” no es una declaración precisa. Parecería que muchos líderes cristianos evangélicos son sorprendidos en escándalos, pero esto es debido a la exagerada cantidad de atención que se les da a tales escándalos. Hay miles de líderes cristianos evangélicos, pastores, profesores, misioneros, escritores y evangelistas, que nunca han participado en nada “escandaloso.” La gran mayoría de los líderes cristianos evangélicos, son hombres y mujeres que aman a Dios, son fieles a sus esposas(os) y familias, y efectúan sus actividades con gran honestidad e integridad. Las fallas de unos pocos no deben ser utilizadas para atacar la integridad de todos.

Dicho lo anterior, aún existe el problema de que esos escándalos a veces ocurren entre aquellos que aseguran ser cristianos evangélicos. Prominentes líderes cristianos han sido expuestos por cometer adulterio robo o participar en prostitución. Algunos cristianos evangélicos han sido convictos de evasión de impuestos y otras ilegalidades financieras. ¿Por qué ocurre esto? Hay al menos tres explicaciones primarias: (1) Algunos de los que aseguran ser cristianos evangélicos son charlatanes, (2) Algunos líderes cristianos evangélicos permiten que su posición los lleve al orgullo, (3) Satanás y sus demonios atacan y tientan más agresivamente a quienes están en el liderazgo cristiano, porque ellos saben que un escándalo que involucre a un líder, puede tener resultados devastadores, tanto para los cristianos como para quienes no lo son. Hablemos en más detalle de estas explicaciones…

(1) Algunos “cristianos evangélicos” que son sorprendidos en escándalos son charlatanes y falsos profetas. Jesús advirtió, “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis….” (Mateo 7:15-20). Los falsos profetas pretenden ser hombres y mujeres piadosos, y aparentan ser sólidos líderes evangélicos. Sin embargo, el “fruto” (es decir, los escándalos) eventualmente se revela en ellos, resultando lo opuesto de lo que ellos decían ser. En cuanto a esto, siguen el ejemplo de Satanás, “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:14-15).

(2) La Biblia hace muy claro que “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. (Proverbios 16:18) Santiago 4:6 nos recuerda, “…Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.” La Biblia repetidamente nos advierte contra el orgullo. Muchos líderes cristianos comienzan su ministerio con un espíritu de humildad y confianza en Dios, pero a medida que el ministerio crece y prospera, es fácil y tentador para los líderes, tomar algo de esta gloria para ellos mismos. Eventualmente, algunos líderes cristianos evangélicos, al mismo tiempo que ofrecen alabanza de labios a Dios, realmente intentan conducir y construir el ministerio sobre su propia fuerza y sabiduría. Esta clase de orgullo conduce a la caída. Dios, a través del profeta Oseas, advierte, “En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.” (Oseas 13:6).

(3) Satanás sabe que por la influencia de un escándalo con un líder cristiano evangélico, él puede obtener un poderoso impacto. Así como el adulterio del rey David con Betsabé y el acuerdo sobre la muerte de Urías causó gran daño a la familia de David y a la nación entera de Israel – así también muchas iglesias o ministerios han sido dañados o destruidos por la caída de su líder. Muchos cristianos han tenido un debilitamiento en su fe como resultado de presenciar la caída de un líder. Muchos no cristianos utilizan esta caída de líderes “cristianos” como una razón por la que ellos rechazan el cristianismo. Satanás y sus demonios saben esto, y por lo tanto dirigen más sus ataques contra aquellos que laboran como líderes. La Biblia nos advierte a todos, “Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

¿Cómo debemos responder cuando un líder cristiano evangélico es acusado o sorprendido en un escándalo?

(1) No escuches o aceptes acusaciones sin bases o infundadas (Proverbios 18:8, 17; 1 Timoteo 5:19). (2) Toma las medidas bíblicas apropiadas para reprender a aquellos que pecan (Mateo 18:15-17; 1 Timoteo 5:20). Si el pecado es severo y comprobado, se debe imponer su separación del ministerio de liderazgo (1 Timoteo 3:1-13) (3) Perdona a aquellos que pecan (Efesios 4:32; Colosenses 3:13), y cuando el arrepentimiento sea comprobado, restáurales al compañerismo mas no al liderasgo(Gálatas 6:1; 1 Pedro 4:8). (4) Sé fiel en tu oración por nuestros líderes. Conociendo los problemas a los que se enfrentan, las tentaciones que sufren y el estrés que deben soportar, debemos estar orando por nuestros líderes, pidiendo a Dios que los fortalezca, proteja, y anime. (5) Lo más importante, es que tomes el fracaso de un líder cristiano evangélico como un recordatorio para fundamentar tu fe en Dios, y en Dios solamente. Dios nunca falla, nunca peca, y jamás miente. (Isaías 6:3).

domingo, 6 de noviembre de 2011

La Biblia y el Robo



La Biblia expresa claramente cómo ve Dios el robo: “Yo, Jehová, amo el derecho, odio el robo junto con la injusticia” (Isaías 61:8). Jehová inspiró al profeta Ezequiel a escribir que el robo es un pecado muy grave (Ezequiel 18:18). Sin embargo, el mismo libro bíblico dice que Dios perdonará misericordiosamente al que se arrepienta y devuelva lo que hurtó (Ezequiel 33:14-16).

A pesar de que los cristianos viven en un mundo lleno de criminalidad, se regocijan en la esperanza de vivir bajo el Reino de Dios, cuando ya no exista el robo. Respecto a ese tiempo la Biblia promete: “[Los siervos de Dios] realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar; porque la boca misma de Jehová de los ejércitos lo ha habla­do” (Miqueas 4:4).

SEMINARIO PARA PAREJAS


SABADO 12 DE NOVIEMBRE DE 10:00A.M.-1:00 P.M. Y DE 3:00 P.M. A 6:00 P.M. 7:00 P.M CONVIVIO

martes, 30 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Cómo recibo el perdón de Dios?

Hechos 13:38 declara, “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados.”

¿Qué es el perdón y por qué lo necesitamos?
La palabra “perdonar” significa hacer borrón y cuenta nueva, perdonar, cancelar una deuda. Cuando somos injustos con alguien, buscamos su perdón a fin de restituir la relación. El perdón no es otorgado debido a que la persona merezca ser perdonada. Nadie merece ser perdonado. El perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. El perdón es una decisión de no guardar rencor a otra persona, pese a lo que le haya hecho.

La Biblia nos dice que todos necesitamos el perdón de Dios. Todos hemos cometido pecado. Eclesiastés 7:20 declara, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” 1 Juan 1:8 dice, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” Todo pecado es a la larga un acto de rebelión en contra de Dios (Salmos 51:4). Como resultado, necesitamos desesperadamente el perdón de Dios. Si nuestros pecados no son perdonados, pasaremos la eternidad sufriendo las consecuencias de nuestros pecados (Mateo 25:46; Juan 3:36).

Perdón – ¿Cómo lo obtengo?
Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo. ¡Está ansioso de perdonar nuestros pecados! 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es, “...paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” Dios desea perdonarnos, de manera que ha hecho provisión para nuestro perdón.

El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte de Romanos 6:23 declara, “Porque la paga del pecado es muerte...” La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados. Dios, en Su plan perfecto, se hizo hombre, en la persona de Jesucristo (Juan 1:1, 14). Jesús murió en la cruz, llevando la penalidad que merecíamos – la muerte. 2 Corintios 5:21 nos enseña, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” ¡Jesús murió en la cruz, llevando el castigo que merecíamos! Siendo Dios, la muerte de Jesús proveyó el perdón por los pecados del mundo entero. 1 Juan 2:2 proclama, “El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Jesús resucitó, proclamando Su victoria sobre el pecado y la muerte (1 Corintios 15:1-28). Gloria a Dios, que a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la segunda parte de Romanos 6:23 es verdad, “...mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¿Quiere usted tener sus pecados perdonados? ¿Tiene un persistente sentido de culpa que no parece desaparecer? El perdón de sus pecados está disponible si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador. Efesios 1:7 dice, “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Jesús pagó la deuda por nosotros para que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que usted tiene que hacer es pedirle a Dios que le perdone a través de Jesús. Si usted cree que Jesús murió para pagar por su perdón entonces ¡El lo perdonará! Juan 3:16-17 contienen este maravilloso mensaje, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Perdón - ¿Es en realidad así de fácil?
¡Sí, es así de fácil! Usted no puede ganar el perdón de Dios. No puede pagar a Dios por su perdón. Usted sólo puede recibirlo por la fe, por medio de la gracia y misericordia de Dios. Si usted desea aceptar a Jesucristo como su Salvador y recibir el perdón de Dios, aquí está una oración que usted puede hacer. Hacer esta oración o cualquier otra, no va a salvarlo. Es solamente el confiar en Jesucristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su perdón. “Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón! En nombre de Jesús, ¡Amén!”

AQUI ESTA LA TAREA DEL LUNES JAJAJAJA

viernes, 19 de agosto de 2011

¿Qué es el Judaísmo y en que creen los judíos?


¿Qué es el Judaísmo, y quién o qué es un judío? Dependiendo de a quien le hables, o la selección de libros que leas, obtendrás muy diferentes respuestas a esta provocativa pregunta. ¿Es el Judaísmo simplemente una religión? ¿Es una identidad cultural o solo un grupo étnico? ¿Son los judíos un grupo de gente o una nación? ¿En qué creen los judíos y creen todos las mismas cosas?

De acuerdo al Diccionario Universitario Merriam-Webster’s, un “judío” es: 1ª: Un miembro de la tribu de Judá b: Israelita 2 : un miembro de una nación existente en Palestina desde el siglo VI a.C. al primer siglo d.C. 3 : una persona perteneciente a una continuación, a través de descendencia o conversión del antiguo pueblo judío 4: uno cuya religión es el Judaísmo.

De acuerdo al Judaísmo rabínico, un judío es uno que tiene una madre judía, o uno que formalmente se ha convertido al Judaísmo. Levítico 24:10 es citado con frecuencia para dar credibilidad a esta creencia, aunque la Torá no hace una afirmación específica para esta tradición. Algunos rabinos dicen que no tiene nada que ver con lo que el individuo crea realmente. Estos rabinos nos dicen que un judío no necesita ser seguidor de las leyes y costumbres del Judaísmo, para ser considerado judío. De hecho, un judío puede no creer en Dios en lo absoluto, y aún así ser un judío basado en la anterior interpretación rabínica.

Otros rabinos dejan muy en claro que aunque la persona siga los preceptos de la Torá y acepte los “Trece Principios de la Fe” como claramente lo expresa Maimónides (Rabino Moshe ben Maymon, uno de los grandes eruditos medievales judíos), él no puede ser un judío. Aunque esta persona pueda ser un judío “biológico”, éste no tiene una conexión real con el Judaísmo.

En el primer libro de la Torá – los primeros cinco libros de la Biblia – Génesis 14:13 nos enseña que Abram comúnmente reconocido como el primer judío (su nombre fue cambiado más tarde al de Abraham) fue descrito como un “hebreo.” El nombre “judío” viene del nombre Judá, uno de los doce hijos de Jacob, y una de las doce tribus de Israel. Aparentemente, el nombre “judío” originalmente se refería solo a aquellos que eran miembros de la tribu de Judá, pero cuando el reino fue dividido (Israel en el norte y Judá en el sur), después del reinado de Salomón (1 Reyes, capítulo 12) se refiere a todos los que pertenecían al reino de Judá, el cual incluía a las tribus de Judá, Benjamín y Levi. En la actualidad, muchos creen que un judío es cualquiera que es un descendiente físico de Abraham, Isaac y Jacob, sin importar de cual de las doce tribus originales descienda.

Así que ¿qué es en lo que creen los judíos, y cuáles son los preceptos básicos del Judaísmo? Hay cinco principales formas o sectas del Judaísmo en el mundo actual. Ellos son Ortodoxos, Conservadores, Reformistas, Reconstruccionistas y Humanistas. Las creencias y requerimientos en cada grupo difieren dramáticamente; sin embargo una breve lista de las creencias tradicionales del Judaísmo incluirían lo siguiente:

Dios es el creador de todo lo que existe; Él es uno, incorpóreo (sin un cuerpo), y solo Él debe ser adorado como el gobernante absoluto del universo.

Los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, fueron revelados por Dios a Moisés. Éstos no serán cambiados o discutidos en el futuro.

Dios se ha comunicado con el pueblo judío a través de profetas.

Dios monitorea las actividades de los humanos; Él recompensa a los individuos por buenas obras y castiga el mal.

Aunque los cristianos basan mucha de su fe en las mismas Escrituras hebreas como los judíos, hay diferencias mayores en las creencias: Generalmente, los judíos consideran de primera importancia las acciones y el comportamiento; las creencias proceden de acciones. Esto se opone con los cristianos conservadores para quienes el creer es de primordial importancia, y las acciones son el resultado de esa fe.

Los creyentes judíos no aceptan el concepto cristiano del pecado original (la creencia de que toda la gente ha heredado el pecado de Adán y Eva, cuando ellos desobedecieron las instrucciones de Dios en el Jardín del Edén).

El Judaísmo afirma la inherente bondad del mundo, y su gente como creaciones de Dios.

Los creyentes judíos están dispuestos a santificar sus vidas y acercarse a Dios, mediante el cumplimiento del mitzvoth (los mandamientos divinos).

No se necesita un salvador ni es necesario como intermediario.

Las creencias acerca de Jesús varían considerablemente. Algunos lo ven como un gran maestro moralista. Otros lo ven como un falso profeta o como un ídolo de la cristiandad. Algunas sectas del Judaísmo ni siquiera pronuncian su nombre debido a la prohibición de mencionar el nombre de un ídolo.

Los judíos son mencionados con frecuencia como el pueblo elegido por Dios. Esto no significa que ellos sean de ninguna manera considerados superiores a otros grupos. Los versos de la Biblia tales como Éxodo 19:5 simplemente dicen que Dios ha elegido a Israel para recibir y estudiar la Torá, para adorar solo a Dios, para descansar en el Sabbath, y para celebrar las festividades. Los judíos no fueron elegidos por ser mejores que otros; ellos simplemente fueron elegidos para recibir más responsabilidades difíciles y más onerosos castigos si fracasan.

Los 613 mandamientos encontrados en Levítico y otros libros, regulan todos los aspectos de la vida judía.

Los Diez Mandamientos, como se mencionan en Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21, forman una breve sinopsis de la Ley.

El Mesías (el ungido de Dios) llegará en el futuro y reunirá nuevamente a los judíos en la tierra de Israel. En ese tiempo, habrá una resurrección general de los muertos. El Templo de Jerusalén, que fue destruido en el año 70 d.C., será reconstruido.

domingo, 14 de agosto de 2011

LA TAREA DEL PASTOR






Dios comienza en el verso 2 diciendo, “Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?” Dios condena a los pastores de Israel por apacentarse a sí mismos, en lugar de apacentar al rebaño. En otras palabras, olvidaron que su función básica era cuidar del rebaño y en lugar de ello los utilizaban por razones egoístas. Tristemente, es no es poco común en la actualidad. Con mucha frecuencia algunos pastores miran sus congregaciones como una fuente de ingreso, poder, posición, etc. En efecto (si no es que por decisión) algunas veces se considera a la congregación como un medio para alimentar el ego del pastor y su sentido de auto-importancia. Hay algunos pastores que entran al ministerio porque AMAN estudiar las Escrituras y a los grandes teólogos. Pero el peligro aquí es que el ministro puede llegar a ser una fuente de auto-mejoramiento y enriquecimiento para el pastor, pero tiene poco que ver con atender las necesidades reales del rebaño.

Luego están aquellos pastores que gobiernan con vara de hierro porque quieren los
beneficios, el respeto, de ser pastor, pero que no están realmente interesados en hacer la obra pastoral. Dios dice en el versículo cuatro “sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.” Tales hombres pueden ser hábiles oradores, pero esencialmente su “ministerio” tiene que ver más con estar a cargo, con ser el “gran jefe” en lugar de servir a su gente. Tales pastores no pueden manejar los desacuerdos, las diferencias de opinión o cualquier cosa que pudiera amenazar su poder o posición. Tienen que estar en lo correcto, en todas las ocasiones, en cada cosa pequeña. ¡Y mejor que el rebaño se alinee o se atenga a las consecuencias!


Un pastor piadoso entenderá que la verdadera grandeza viene de SERVIR al pueblo de
Dios, no de ser servido por ellos (cf. Marcos 10:45). Les sirve enseñándoles la verdad,

¡independientemente de si algunas veces quieren oírla o no! Luego les enseña como aplicar esa verdad para que sus vidas personales, sus familias, su trabajo, sus relaciones, sus ministerios, puedan todos ser transformados por el poder del Espíritu Santo. Un pastor piadoso le sirve a su rebaño esforzándose para facilitarles a sus vidas la santidad y la piedad. Uno podría decir que la prueba de fuego del ministerio de un pastor NO es qué tan grande es su congregación, o cuán bonito es el edificio, (y ciertamente no el tamaño de su paga.) En lugar de eso, es si el pueblo de Dios está creciendo en justicia, santidad, gracia y paz.

Lo que nos trae al siguiente aspecto del fracaso del pastor que Dios reprocha en Ezequiel 34. Dios dice, “No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.”

El pastor hace más que sólo alimentar a las ovejas, se espera que también cuide de ellas.
Suceden accidentes. Algunas veces las ovejas van donde no debieran ir. Comen cosas que no debieran comer. Resbalan por las salientes, se rompen las piernas, o se les infectan las heridas. Algunas veces se extravían y se pierden. Se espera que el pastor esté interesado en cubrir esas heridas, sanar sus enfermedades y devolver la perdida al rebaño. Tan importante como es el ministerio de predicación y enseñanza del pastor, no es la ÚNICA cosa que está llamado a hacer. Un pastor piadoso debe estar interesado en lo que hoy llamamos el “cuidado pastoral.” Debe conocer a sus ovejas como individuos, y ministrarles como individuos. Debe estar dispuesto a involucrarse con los detalles de sus vidas y ayudarles a atravesar los tiempos difíciles.

Sí, eso quiere decir la tradicional visita de hospital cuando un miembro de la
congregación está enfermo. Pero esto no es sólo una formalidad vacía, sino más bien una obligación y privilegio para darles consuelo y aliento. Sí, quiere decir visitar a la gente en sus hogares, pero no solo como un ritual pastoral, sino como un medio para conocerles para que pueda ser parte de sus vidas y ministrar a sus necesidades. Este tipo de ministerio significa conocer a la gente, reír con ellos, llorar con ellos, aconsejarles en los momentos difíciles, reprenderlos cuando sea necesario, tenerles como responsables por sus pecados. En otras palabras, CUIDAR de ellos y sus necesidades.

Lo admitimos, algunas ovejas en realidad son cabras disfrazadas y no importa lo que
haga los va a perder. Pero recuerde aquella sección en el Salmo 23 que dice “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento…” ¿De qué estaba hablando David allí? El cayado es fácil, era un instrumento para guiar a las ovejas. El largo cayado (que algunas veces terminaba en un extremo curvo) se usaba para empujar suavemente a las ovejas en una dirección, aunque también para tirar de ellas para alejarlas de situaciones peligrosas. Pero la vara es un poco diferente. Parece que la vara se usaba para romperles las piernas a ciertas ovejas que tenían el hábito de extraviarse del rebaño. Una oveja sin pastor es simplemente un bocado en cuatro patas. Al romperle las piernas a una oveja recalcitrante el pastor básicamente la estaba protegiendo para que no se perdiera, para que no resulte herida o devorada. Entonces
el pastor vendaría la pierna rota y llevaría a la oveja alrededor de su cuello hasta que la
pierna sanara.

Como resultado la oveja llegaba a asociar el olor del pastor con su cuidado e interés. Las ovejas cuyas piernas habían sido rotas de manera deliberada, llegan a ser los animales más leales, sin desear apartarse jamás del lado del pastor. En la iglesia, la vara que usamos es la disciplina eclesiástica. Al ejercer disciplina en contra de un miembro recalcitrante, estamos en efecto “quebrando” su rebelión (cf. 1 Tim. 1:20; 1 Cor. 11:32, etc.). Pero, tristemente, la disciplina eclesiástica raras veces se aplica hoy, y aún cuando se hace, usualmente es el resultado de la ira y la frustración por parte de los ancianos, en lugar de ser una herramienta
para traer a alguien a un genuino arrepentimiento. Como resultado, cuando alguien ES
disciplinado, generalmente es el último acto antes de perderlo. Los ancianos no están
tristes, simplemente están hartos.

Claro que queda mucho más por decir (y más adelante, este mismo pasaje tiene algunas
cosas realmente duras que decir con respecto a los pastores “gordos”)
estan allí para servir a Dios sirviendo a Su pueblo. El rebaño de Dios no ha sido puesto a su cuidado para edificar sus egos, llenar sus carteras o impulsar sus carreras. ¿No será que muchos pastores se meten en tantos problemas con tantas iglesias simplemente porque quieren ser servidos en lugar de servir?

domingo, 3 de julio de 2011

ULTIMO CUMPLEAÑOS



TODOS FESTEJAREMOS CON ALEGRIA EL ULTIMO CUMPLEAÑOS DE MARY LA REINITA CON NOSOTROS, YA QUE PARA LA PROXIMA SERA EL CUMPLEAÑOS DE UNA MISIONERA, NADA SERA LO MISMO SIN TI MARY, PERO GUSTO NOS DA QUE OBEDESCAS A DIOS. MUCHAS FELICIDADES.....

viernes, 1 de julio de 2011

¿Qué es la Apologética Cristiana?


La palabra inglesa “apology” viene de una palabra griega que significa fundamentalmente “dar una defensa.” La Apologética Cristiana, entonces, es la ciencia de dar una defensa de la fe cristiana. Hay muchos escépticos que dudan de la existencia de Dios y/o atacan una creencia en el Dios de la Biblia. Hay muchos críticos que atacan la inspiración y la inerrancia de la Biblia. Hay muchos falsos maestros que promueven doctrinas falsas y niegan las verdades claves de la fe cristiana. La misión de los apologéticos cristianos es combatir estos movimientos, y en su lugar, promover al Dios cristiano y la verdad cristiana.

Probablemente el versículo clave en la Biblia para la apologética cristiana es 1 Pedro 3:15, “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros…” No hay excusa ninguna por qué un cristiano sea completamente incapaz de defender su fe. Todo cristiano debe poder dar una presentación razonable de su fe en Cristo. No, no todo cristiano necesita ser experto en la apologética. Todo cristiano, sin embargo, debe saber lo que cree, por qué lo cree, cómo compartirlo con otros, y cómo defenderlo contra mentiras y ataques.

El segundo aspecto de la apologética cristiana, la cual es evitada muchas veces, es la segunda mitad de 1 Pedro 3:15, “con mansedumbre y reverencia”. El defender la fe cristiana con la apologética nunca debe involucrar el ser mal educado, enojado, o irrespetuoso. Mientras practicamos la apologética cristiana, debemos esforzarnos a ser fuertes en nuestra defensa, y al mismo tiempo, como Cristo en nuestra presentación. Si ganamos un debate, pero alejamos aun más a la persona de Cristo por nuestra actitud, hemos perdido el propósito verdadero de la apologética cristiana.

Hay dos aspectos primarios / métodos de la apologética cristiana. El primero, comúnmente conocido como la apologética clásica, involucra el compartir pruebas y evidencias que muestran que el mensaje cristiano es verdad. El segundo, comúnmente conocido como la apologética presuposicional, involucra el confrontar las presuposiciones (ideas preconcebidas, suposiciones) tras de las posiciones anticristianas. Proponentes de los dos métodos de la apologética cristiana a menudo se debaten sobre cuál método sea el más eficaz. Parece ser más productivo usar ambos métodos, dependiendo de la persona y la situación.

La apologética cristiana es fundamentalmente la presentación de una defensa razonable de la fe y la verdad cristiana a aquellos que no estén de acuerdo con ellas. La apologética cristiana es un aspecto necesario de la vida cristiana. Somos todos mandados a estar preparados y equipados para proclamar el evangelio y defender nuestra fe (Mateo 28:18-20; 1 Pedro 3:15). Esta es la esencia de la apologética cristiana.

martes, 25 de enero de 2011

NUEVA PAGINA HERMANA


http://iglesiadediospalomino.jimdo.com/

miércoles, 19 de enero de 2011

¿Quiénes fueron los doce discípulos de Jesucristo?




¿Quiénes fueron los doce discípulos de Jesucristo?

La palabra “discípulo” significa “aprendiz” o “seguidor”. La palabra “apóstol” se refiere a “uno que es enviado”. Mientras Jesús estuvo en el mundo, los doce fueron llamados discípulos. Los 12 discípulos siguieron a Jesucristo, aprendieron de ÉL, y fueron entrenados por Él. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él envió fuera a sus discípulos (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8) para convertirse en sus testigos. Entonces ellos fueron conocidos como los doce apóstoles. Sin embargo, aún cuando Jesús estaba todavía en el mundo, los términos discípulos y apóstoles fueron utilizados indistintamente, mientras eran entrenados y enviados por Jesús.

Los nombres de los doce discípulos que escogió Jesús están registrados en Mateo 10:2-4, “Los nombres de los doce apóstoles son estos:
1º Simón, llamado Pedro
2º Andrés
3º Jacobo hijo de Zebedeo
4º Juan
5º Felipe
6º Bartolomé
7º Tomás
8º Mateo el publicano
9º Jacobo hijo de Alfeo
10º Lebeo, por sobrenombre Tadeo (Judas Tadeo)
11º Simón el cananita
12º Judas Iscariote,
el que también le entregó. Fue reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hechos 1:20-26).

Los doce discípulos fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de una manera extraordinaria. Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos y un revolucionario. Los Evangelios registran las constantes caídas, luchas y dudas de estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Después de ser testigos de la resurrección y ascensión de Jesús al cielo, el Espíritu Santo transformó a los discípulos en poderosos hombres de Dios, quienes “trastornaron al mundo entero” (Hechos 17:6). ¿Cuál fue el cambio? Los 12 apóstoles “habían estado con Jesús” (Hechos 4:13). ¡Ojalá se diga lo mismo de nosotros!
Discípulos: ¿Quiénes fueron los doce?
Los discípulos, o apóstoles, de Cristo fueron las piedras fundamentales de su iglesia. En Apocalipsis 21:14 se nos dice que los doce cimientos del muro de la Nueva Jerusalén tendrán inscriptos sobre ellos los nombres de los doce discípulos (o apóstoles). Es evidente, de esta forma, que nuestro Señor le atribuye gran importancia a estos hombres.
Según estudiamos estas vidas valerosas del primer siglo, y lo que el discipulado significó en la época de Cristo, podemos esperar recibir ayuda para desarrollar un discipulado del siglo XX dirigido por el Espíritu como Cristo debe haber querido decir que sería.
La siguiente información se basa en lo que se cuenta de estos 12 hombres en el Nuevo Testamento, junto con las más respetadas leyendas y tradiciones. Nosotros no queremos decir que la leyenda y la tradición constituyen afirmaciones históricas. Pero sentimos que tienen valor en el estudio de las vidas de estos hombres que “… cambiaron el sentido del mundo…”

1º SIMÓN, LLAMADO PEDRO
Simón Pedro, hijo de Jonás, era un pescador que vivió en Betsaida y Capernaúm. Hizo trabajo evangelístico y misionero entre los judíos, yendo tan lejos como a Babilonia. Fue un miembro del Círculo Interno y escribió las dos epístolas del Nuevo Testamento que llevan su nombre. La tradición dice que fue crucificado en Roma con la cabeza hacia abajo.
En cada lista apostólica, el nombre Pedro es mencionado en primer lugar. Sin embargo, Pedro tuvo otros nombres. En el tiempo de Cristo, el idioma común era el griego y el idioma familiar era el hebreo. Así su nombre griego fue Simón (Marcos 1:16; Juan 1:40, 41). Su nombre hebreo fue Cefas (1º Corintios 1: 12; 3:22; 9:5 y Gálatas 2:9). El significado griego de Simón es “fragmento de piedra”. El significado árabe de Cefas también es roca.
Por su actividad comercial, Pedro fue un pescador. Fue un hombre casado (1º Corintios 9:5) y su era Capernaúm. Jesús probablemente estableció su centro de dirección ahí cuanto visitó Capernaúm. Pedro era galileo también como lo fueron varios de los otros discípulos. Josefo describió a los galileos de esta manera: “Eran siempre aficionados a la innovación y por naturaleza dispuestos al cambio y deleitados en sedición. Estaban siempre listos para seguir al líder y para comenzar una insurrección. Eran rápidos en soltar el genio y dados a la pelea y eran hombres muy caballeros.” El Talmud dice esto de los galileos: “Eran más ansiosos por el honor que por ganar, de genio fuerte, impulsivo, emocional, despertado fácilmente por la idea de una aventura, leal hasta el fin.” Pedro fue un galileo típico. Entre los doce, Pedro fue el líder. Él sobresale como el vocero de los apóstoles. Es él quien preguntó el significado de la parábola en Mateo 15:15. Es él quien preguntó cuán seguido debemos perdonar. Es él quien indagó acerca de la recompensa para todos aquellos que siguen a Jesús. Es él el que primero confesó a Jesús y lo declaró como el Hijo del Dios Viviente. Es él quien estuvo en el monte de la Transfiguración. Es él quien vio a la hija de Jairo resucitar de los muertos. Y todavía, es él quien negó a Cristo ante un criado. Él fue un apóstol y un misionero que dio su vida por su Señor. Es verdad, Pedro cometió muchos errores, pero tuvo siempre la gracia salvadora del corazón amante. No importa cuántas veces se hubo caído y fallado, siempre recuperó su coraje e integridad.
La predicación de Pedro, sin embargo, estuvo por lo general limitada al pueblo judío a diferencia de Pablo que predicaba a los gentiles (personas no judías) aunque fue el que bautizó al primer cristiano no judío, en Cesarea, debido a una visión tenida en Joppe, el Centurión Cornelio y a su gente (Hechos 9:31).
Pedro fue martirizado sobre una cruz. Pedro solicitó que lo crucificaran cabeza abajo porque no era digno de morir como su Señor había muerto.

2º ANDRES
Andrés era el hermano de Pedro, e hijo de Jonás. Vivió en Betsaida y Capernaúm y era pescador antes de que Jesús lo llamara. Originalmente fue un discípulo de Juan el Bautista (Marcos 1:16-18). Andrés trajo a su hermano Pedro a Jesús (Juan 1:40-42). Él es el primero en tener el título de Misionero en Casa y en el Extranjero. Es reclamado por tres países como su Santo Patrono –Rusia, Escocia y Grecia. Varios estudiosos dicen que predicó en Sitia, Grecia y Asia Menor.
Andrés trajo a otros a Jesús también. Aunque las circunstancias lo colocaron en una posición donde podría haber sido fácil para él llegar a ser celoso y resentido, fue optimista y estuvo contento en el segundo plano. Su principal propósito en la vida fue traer a otros al Maestro.
De acuerdo con la tradición, Andrés murió como mártir en Acaya, Grecia, en el pueblo de Patra. Cuando la esposa del Gobernador Aepeas fue sanada y convertida a la fe cristiana, y poco después de que el hermano del Gobernador se volviera cristiano, Aepeas se enojó mucho. Él arrestó a Andrés y lo condenó a morir en la cruz. Andrés, sintiéndose indigno de ser crucificado en una cruz en la misma forma que su Maestro, suplicó que la suya sea diferente. Así que fue crucificado en una cruz con forma de X, la cual hasta el día de hoy es llamada la cruz de San Andrés y es uno de sus símbolos apostólicos.

3º JACOBO, HIJO DE ZEBEDEO. (SANTIAGO, EL MÁS ANCIANO)
Santiago, el Anciano, Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Juan el Apóstol; un pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén. Predicó en Jerusalén y Judea y fue decapitado por Herodes, en el año 44 DC (Hechos 12:1,2). Fue un miembro del Círculo Interno, llamado así porque estaba formado por los que recibieron privilegios especiales. El Nuevo Testamento nos cuenta muy poco sobre Santiago. Su nombre nunca aparece separado del de su hermano Juan. Ellos eran un dúo inseparable (Marcos 1:19-20; Mateo 4:21; Lucas 5:1-11).
Fue un hombre de coraje y espíritu de perdón – un hombre sin envidia, viviendo a la sombra de Juan, un hombre de extraordinaria fe. Fue el primero de los doce en convertirse en mártir. Hechos 12.1, 2.

4º JUAN
Juan Boanerges, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano de Santiago, el apóstol. Fue conocido como el discípulo amado. Un pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén y fue miembro del Círculo Interno. Él escribió el Evangelio según San Juan, 1º de Juan, 2º de Juan, 3º de Juan y Apocalipsis. Predicó entre las iglesias de Asia Menor. Desterrado en la Isla de Patmos, fue más tarde liberado y murió de muerte natural. Juan fue uno los apóstoles prominentes. Es mencionado en varios lugares en el Nuevo Testamento. Fue un hombre de acción; era muy ambicioso; y un hombre con un temperamento explosivo y un corazón intolerante. Su segundo nombre fue Boanerges, el cual significa Hijo del Trueno. Él y su hermano Santiago vinieron de una familia de mejor posición que el resto de los apóstoles. Siendo que su padre contrataba sirvientes en su negocio pesquero (Marcos 1:20) él pudo haberse sentido por sobre el resto. Estuvo muy cerca de Pedro. Actuaron juntos en el ministerio. Pedro, sin embargo, era siempre el vocero del grupo.
Juan maduró con el tiempo. En la etapa posterior de su vida, se había olvidado de todo, incluso de su ambición y temperamento explosivo, excepto de su compromiso de amor para con el Señor.

5º FELIPE
La tradición dice que Felipe predicó en Phrygia y murió como mártir en Hierapolis. Felipe vino de Betsaida, el pueblo del cual Pedro y Andrés vinieron (Juan 1:44). El parecido es que él, también, fue un pescador. Aunque los primeros tres Evangelios registran su nombre (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14; Hechos 1:13), es en el Evangelio de Juan que Felipe se vuelve una personalidad viviente. Es probada su fe en la alimentación de los 5000, Juan 6.1-6.
Los estudiosos no están de acuerdo sobre Felipe. En Hechos 6:5 tenemos a Felipe como uno de los siete diáconos ordenados. Algunos dicen que éste es otro Felipe. Algunos creen que realmente éste es el apóstol. Si es el mismo Felipe, entonces su personalidad tomó más vida porque tuvo una exitosa campaña en Samaria. El dirigió al eunuco etíope a Cristo (Hechos 8:26). También se quedó con Pablo en Cesarea (Hechos 21:8) y fue una de las figuras importantes en los emprendimientos misioneros de la iglesia primitiva.
El Evangelio de Juan muestra a Felipe como uno de los primeros entre tantos a quienes Jesús les dirigió la palabra “Sígueme.” Cuando Felipe conoció a Cristo, inmediatamente encontró a Natanael y le dijo “lo hemos encontrado, de quien Moisés... y los profetas, escribieron.” Natanael era desconfiado. Pero Felipe no argumentó con él; simplemente le contestó: “Ven y ve.” Juan 1.43-51. Esta historia nos dice dos cosas importantes sobre Felipe. Primero, muestra su correcto acercamiento al que desconfía y su simple fe en Cristo. Segundo, muestra que tenía un instinto misionero.
Felipe fue un hombre de corazón caliente y una cabeza pesimista. Fue uno a quien le hubiera gustado mucho hacer algo por otros, pero que no vio cómo esto podría ser hecho. Aún así, este simple galileo dio todo lo que tenía. Por eso Dios lo usó. Se dice que murió colgado. Mientras estaba muriendo, pidió que su cuerpo sea envuelto no en lino sino en papiro porque no era digno de que incluso su cuerpo sea tratado como el cuerpo de Jesús. El símbolo de Felipe es una canasta, por su participación en la alimentación de los cinco mil. Es él quien marcó la cruz como un signo de cristiandad y victoria.
Jesús se encontró con Felipe y le llamó al Apostolado con las palabras, “Sígueme”. Felipe obedeció la llamada, y poco después trajo a Natanael como nuevo discípulo (Juan 1, 43-45).

6º BARTOLOME
Bartolomé Natanael, hijo de Talmai, vivió en Caná de Galilea.
La tradición dice que fue misionero en Armenia. Un número de estudiosos cree que fue el único discípulo que provino de sangre real, o de una familia noble. Su nombre significa Hijo de Tolmai o Talmai (2º Samuel 3:3). Talmai fue rey de Gesur cuya hija, Maaca, fue esposa de David, madre de Absalón.
El nombre de Bartolomé aparece en cada lista de los discípulos (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14; Hechos 1:13). Este no era el primer nombre, no obstante, fue su segundo nombre. Su primer nombre probablemente era Natanael, a quién Jesús llamó “un verdadero Israelita, en quien no hay engaño.” (Juan 1:47). Él al igual que Tomás dudó al principio de las palabras de Felipe, Juan 1.43-51. Era desconfiado.
El Nuevo Testamento nos da muy poca información sobre él. La tradición indica que fue un gran investigador de la Escritura y un estudioso de la ley y los profetas. Se transformó en un hombre de rendición completa al Carpintero de Nazaret, y uno de los misioneros más aventureros de la Iglesia. Se dice de él que predicó con Felipe en Phrygia y Hierápolis; también en Armenia. La Iglesia de Armenia lo reclama como su fundador y mártir. Sin embargo, la tradición dice que él predicó en India, y su muerte parece haber tenido lugar ahí. Murió como un mártir por su Señor. Fue despellejado vivo con cuchillos.

7º TOMÁS
Tomás Dídimos vivió en Galilea. La tradición dice que trabajó en Parthia, Persia e India, sufriendo martirio cerca de Madras, en el Monte Santo Tomás, India.
Tomás fue su nombre hebreo y Dídimos su nombre griego. Algunas veces fue llamado Judas. Mateo, Marco y Lucas no nos cuentan nada sobre Tomás excepto su nombre. Sin embargo, Juan lo define más claramente en su Evangelio. Tomás apareció en la resurrección de Lázaro (Juan 11:2-16), en el Aposento Alto (Juan 14:1-6) donde quiso saber cómo conocer el camino a donde Jesús estaba yendo. En Juan 20:25 lo vemos diciendo que a menos que vea las marcas en las manos de Jesús y en su costado, él no iba a creer. Por esto Tomás llegó a ser conocido como Tomás el incrédulo.
Tomás llegó a creer mediante la duda. Por naturaleza, él era pesimista. Era un hombre desconcertado. Aún así, fue un hombre de valor. Fue un hombre que no podía creer hasta no haber visto. Era un hombre de devoción y fe. Cuando Jesús resucitó, volvió e invitó a Tomás a poner su dedo en las marcas que dejaron los clavos en sus manos y en su costado. Y es aquí donde vemos a Tomás haciendo la confesión de fe más grande: “Mi Señor y mi Dios.” Las dudas de Tomás fueron transformadas en fe. Tomás fue siempre como un niño pequeño. Su primera reacción fue no hacer lo que le dijeron que hiciera y no creer lo que le dijeron que creyera. Las buenas nuevas para él fueron siempre demasiado buenas para ser verdad. Mediante este hecho la fe de Tomás se volvió más grande, intensa y convincente. Se dice que él fue encargado para construir un palacio para el rey de India, y fue muerto con una lanza como mártir por su Señor.

8º MATEO
Mateo, o Leví, hijo de Alfeo, vivió en Capernaúm. Fue un publicano o cobrador de impuestos. Él escribió el evangelio que lleva su nombre. Murió como mártir en Etiopía.
El llamamiento de Mateo al grupo apostólico es mencionado en Marcos 2:14, Mateo 9:9 y Lucas 5:27-28. De estos pasajes aprendemos que Mateo también fue llamado Leví. Era una costumbre común en el Medio Este en la época de Cristo que los hombres tuvieran dos nombres. El nombre de Mateo significa “un regalo de Dios”. El nombre Leví le pudo haber sido dado por Jesús. Es interesante que Santiago el menor, quien fue uno de los doce apóstoles, fue hermano de Mateo, también el hijo de Alfeo. Aunque sabemos poco sobre Mateo personalmente, el hecho sobresaliente sobre él es que fue un recaudador de impuestos. La versión Reina-Valera lo llama publicano, lo que en latín es Publicanus, enfatizando compromiso en el servicio público, un hombre que manejaba dinero público, o un cobrador de impuestos.
De todas las naciones en el mundo, los judíos fueron los que más odiaron a los cobradores de impuestos. Para el judío devoto, Dios era el único a quien era correcto pagar tributos e impuestos. Pagarlo a cualquier otra persona era infringir los derechos de Dios. El cobrador de impuestos era odiado no sólo sobre el terreno religioso sino también porque la mayoría eran notablemente injustos.
En las mentes de varios hombres Judíos honestos, estos cobradores de impuestos eran considerados como criminales. En los tiempos del Nuevo Testamento eran clasificados junto con las prostitutas, los gentiles y los pecadores (Mateo 18:17; Mateo 21.31, 32; Mateo 9:10; Marcos 2:15, 16; Lucas 5:30). Los cobradores de impuestos han sido conocidos porque determinaban el monto debido en sumas imposibles y a menudo ofrecían dinero en préstamo a los viajeros a tasas de interés muy elevadas. Así era Mateo. Aún así, Jesús eligió un hombre a quien todos los hombres odiaban y lo hizo uno de los suyos. Jesucristo pudo ver el potencial en el cobrador de impuestos de Capernaúm.
Mateo fue diferente a los otros apóstoles, quienes fueron todos pescadores. Él pudo usar una pluma de escribir, y por su pluma llegó a ser el primer hombre en presentar al mundo, en el idioma hebreo, un relato de las enseñanzas de Jesús. Es claramente imposible estimar la deuda que la cristiandad tiene para con este despreciado cobrador de impuestos. El hombre promedio habría pensado que era imposible reformar a Mateo, pero para Dios todas las cosas son posibles. Mateo llegó a ser el primer hombre que escribió las enseñanzas de Jesús. Fue un misionero del evangelio, que cambió su vida por la fe de su Maestro.
Según los tres sinópticos, lo dejó todo al ser llamado por Jesús. Ese mismo día hizo una gran fiesta a la que asistieron Jesús y sus discípulos. Lucas 5.27-29

9º JACOBO, HIJO DE ALFEO. (SANTIAGO, EL MÁS JOVEN)
Santiago, el menor o más joven, hijo de Alfeo, o Cleofás y María, vivió en Galilea. Fue el hermano del Apóstol Judas.
De acuerdo a la tradición él escribió la Epístola de Santiago, predicó en Palestina y Egipto y fue crucificado en Egipto. Santiago fue uno de los discípulos menos conocido. Algunos estudiosos creen que fue el hermano de Mateo, el recaudador de impuestos. Santiago fue un hombre de carácter fuerte y un tipo de los más ardientes. La tradición nos cuenta que él también murió como un mártir y su cuerpo fue cortado en pedazos. La sierra se convirtió en su símbolo apostólico.

10º LEBEO, POR SOBRENOMBRE TADEO (JUDAS TADEO)
Judas Tadeo, o Lebeo, ( Mateo 10.3) hijo de Alfeo o Cleofás y María. Fue hermano de Santiago el más joven. Fue uno de los apóstoles de los que se sabe poco y vivió en Galilea. La tradición dice que predicó en Asiria y Persia y murió como mártir en Persia.
Jerónimo lo llamó “Trinomios” lo cual significa “un hombre con tres nombres”. En Marcos 3:18 es llamado Tadeo. En Mateo 10:3 es llamado Lebeo. Su apellido era Tadeo. En Lucas 6:16 y Hechos 1:13 es llamado Judas el hermano de Santiago. Judas Tadeo también fue llamado Judas el Zelote.
Por su carácter fue un intenso y violento nacionalista con el sueño de poder mundial y dominio del pueblo escogido. Según los registros del Nuevo Testamento (Juan 14:22) él le preguntó a Jesús en la Última Cena, “¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?” Judas Tadeo estaba interesado en dar a conocer a Cristo al mundo. No como un Salvador sufriente, sino más bien, como un Rey gobernante. Nosotros podemos ver claramente por la respuesta que Jesús le dio, que el camino del poder nunca se puede reemplazar por el camino del amor.
Se ha dicho que Judas fue a predicar el Evangelio en Edesa cerca del Río Éufrates. Allí sanó a varios y muchos creyeron en el nombre del Maestro. Judas fue desde allí a predicar el Evangelio en otros lugares. Fue asesinado con flechas en el Ararat.

11º SIMON EL CANANISTA
Simón, el Zelote, uno de los apenas conocidos seguidores llamado Cananista o Zelote, vivió en Galilea. La tradición dice que fue crucificado.
En dos lugares en la Versión Reina-Valera 1960 es llamado Cananista (Mateo 10:4; Marcos 3:18). Sin embargo en otros dos lugares es llamado Simón Zelote (Lucas 6:15; Hechos 1:13).
El Nuevo Testamento nos dice prácticamente nada sobre él personalmente excepto que dice que era un Zelote. Los zelotes eran nacionalistas judíos fanáticos quienes tuvieron desatención heroica por el sufrimiento envuelto y la lucha por lo que ellos consideraron como la pureza de su fe. Los zelotes fueron enloquecidos con el odio por los romanos. Fue este odio por Roma lo que destruyó la ciudad de Jerusalén. Josefo dice que los zelotes fueron personas imprudentes, celosos en buenas prácticas y extravagantes e imprudentes en las peores clases de acciones.
Desde su entorno, vemos que Simón fue un nacionalista fanático, un hombre devoto a la Ley, un hombre con un odio amargo por cualquier persona que se atreviera a comprometerse con Roma. Aún así, Simón claramente sobresalió como un hombre de fe. Abandonó todos sus odios, por la fe que mostró hacia su Maestro y el amor que estuvo dispuesto a compartir con el resto de los discípulos y especialmente con Mateo, el cobrador de impuestos romano.
Simón el Zelote, el hombre que una vez pudo haber matado por lealtad a Israel, llegó a ser el hombre que vio que la voluntad de Dios no tiene servicio forzado. La tradición dice que murió como un mártir. Su símbolo apostólico es un pez sobre una Biblia, lo cual indica que fue un pescador que llegó a ser un pescador de hombres mediante la predicación.
Simón recibe un epíteto que cambia en las cuatro listas: mientras Mateo y Marcos le llaman «cananeo», Lucas le define «Zelotes». En realidad, los dos calificativos son equivalentes, pues significan lo mismo: en hebreo, el verbo «qanà’» significa «ser celoso, apasionado» y se puede aplicar tanto a Dios, en cuanto que es celoso del pueblo al que ha elegido (Cf. Éxodo 20, 5), como a los hombres, que arden de celo en el servicio al Dios único con plena entrega, como Elías (Cf. 1 Reyes 19, 10).
Por tanto, es muy posible que este Simón, si no pertenecía propiamente al movimiento nacionalista de los zelotes, quizá se caracterizaba al menos por un celo ardiente por la identidad judía, es decir, por Dios, por su pueblo y por su Ley divina. Si esto es así, Simón es todo lo opuesto de Mateo, que por el contrario, como publicano, procedía de una actividad considerada totalmente impura. Es un signo evidente de que Jesús llamó a sus discípulos y colaboradores de los más diversos estratos sociales, sin exclusión alguna.

12º JUDAS ISCARIOTE
Judas Iscariote, el traidor, fue el hijo de Simón quien vivió en Kerioth de Judá. Él traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego se ahorcó (Mateo 26: 14,16).
Judas, el hombre que llegó a ser el traidor, es el enigma supremo del Nuevo Testamento porque es muy duro ver como alguien que estuvo tan cerca de Jesús, que vio tantos milagros y oyó muchas de las enseñanzas del Maestro pudo entregarlo en mano de sus enemigos.
Su nombre aparece en tres listas de los 12 Apóstoles (Mateo 10:4; Marcos 3:19; Lucas 6:19). Se dice que Judas vino de Judá, cerca de Jericó. El era un judío y el resto de los discípulos eran Galileos. Era el tesorero del grupo y estaba entre los que lideraban conversaciones.
Se dice que Judas era un judío nacionalista violento que siguió a Jesús con la esperanza de que a través de Él sus sueños y su llama nacionalistas pudieran ser realizados. Nadie puede negar que Judas fuera un hombre codicioso y a veces usó su posición como tesorero del grupo para tomar dinero del monedero común.
No hay una razón cierta de por qué Judas traicionó a su maestro, pero no fue su traición lo que colocó a Jesús en la cruz, sino nuestros pecados.
Fue reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hechos 1:20-26).

En el aposento alto estaban: Hechos 1.12- 14
1º Simón, llamado Pedro, y…
2º Andrés su hermano
3º Jacobo hijo de Zebedeo, y…
4º Juan su hermano
5º Felipe
6º Bartolomé
7º Tomás
8º Mateo el publicano
9º Jacobo hijo de Alfeo
10º Lebeo, por sobrenombre Tadeo (Judas Tadeo)
11º Simón el cananita
… perseverando unánimes en oración y ruego. En el día de pentecostés estaban todos unánimes juntos cuando fueron llenos del Espíritu Santo. Esa experiencia les cambió la vida, fueron transformados interiormente y por eso pudieron transformar su exterior, el mundo que les rodeaba.

“ESTOS QUE TRASTORNAN EL MUNDO ENTERO”… HECHOS 17.6